jueves, 11 de noviembre de 2010
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~ Enfermedad intacta ~
Ya no tengo
para traumas más lugar.
De rodillas al terror,
pánico alucinatorio y frustración.
Y todas esas cosas horribles,
que no son ciertas.
Comienza a cortársele,
la distancia con el cielo.
Y la cuerda que lo sostiene,
tiende a desintegrarse.
Ya rompí cerraduras,
fracasos de bronce.
Parece un desierto la ciudad.
Ya es hora de resucitar.
Mañana ya verás,
van a crecernos alas.
Hoy me paso.
ResponderEliminarA todos nos pasa.
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