Labyrinthe privé, merveille du monde.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Intoxicated.

Siempre es la misma repetición.



Comienza un problema.



Se hace grande.



Se hace más grande.



Lo sigo soportando, o fingiendo que no está.



Enfrentar cómo me siento da paso a emociones que no quiero enfrentar.



Y ahí, es cuando la más mínima cosa, hace que todo explote.



Y cuando empiezo a llorar,



no paro más.






[ No debo de pensar que ahora todo es diferente.

Mil momentos como este quedan en mi mente.

No se piensa en el verano cuando cae la nieve. ]

2 comentarios:

  1. Es inevitalbe que caiga y forme una bola de nieve. Y no importa que le des la espalda, ya que estás en su camino y tarde o temprano te va a golpear. Pero, mientras tanto, tenés toda esa ansiedad de esperar el impacto y perdés la imagen de lo que está a tu alrededor. Porque sabías que al principio sólo necesitabas la mano para detenerla y ahora ni con todo tu cuerpo podés.

    Aun así, cuando seas arrastrada por eso, vas a saber que el temor era mayor que el dolor que podías sentir. Y una vez que termine, siempre puede salir el Sol y dejarte disfrutar de lo que venga después.

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  2. Sí, tenés razón. Lo que más cuesta es aceptar, dejar de huir.
    Y el Sol hasta ahora siempre terminó saliendo, así que bueno, sigo funcionando no? hahah

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