Quisiera entender bien qué es lo que me pasa cuando cae la noche.
Es como si la oscuridad por más que yo la ignore con mi velador siempre prendido,
estuviera constantemente haciendo presencia de la peor manera.
No me gusta dormir sola, y no me gusta lo que siento cuando tranto de mantener el espíritu que tenía antes de que cayera el Sol.
Trato de hablar con otras personas que me hagan distraerme pero últimamente es como si no las sintiera más al lado mío, como si fueran fantasmas cibernéticos.
Quisiera saber que no estoy sola y que allá afuera ahora mismo alguien piensa en mí.
Sin embargo, no se me ocurre nadie.
Entonces recurro a lo único que me desquita, escribir.
Pero cuando escribir ya no sea suficiente...
no sé, no sé qué voy a hacer.

[ Me refugio en el acolchado y las sábanas de mi cama,
hago un capullo de seguridad falsa.
No quiero salir, no quiero despertarme.
La cama hace un perfecto abrazo imaginario. ]
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