Una vez que te miré y nos dimos cuenta de lo que era estar lado a lado, construimos
Levantamos, poco a poco, unos cimientos de un mundo chiquito.
Un mundo chiquito con peces, con días soleados
Un mundo chiquito en donde todos hablaban en Francés chapurreado.
Un mundo chiquito que cabe en la palma de tu mano.
Y entonces, día a día, me fui acostumbrando a verte.
A esos momentos en que nos reímos, me abrazás, y te abrazo también.
Y tenemos la seguridad, tenemos ese sentimiento cálido, ese Sol entre nuestros cuerpos.
Y te cosías vestidos, y te armabas cuadernos llenos de estampas.
Y me escribías en tu máquina vieja, l as tec las a ve ces tefall aban.
Y yo dormía del lado frío de la cama, por miedo a tocarte, y quebrarte.
Me enredabas en una maraña de flores, y yo muchas veces, te prestaba mi bufanda.
Miraba tus ojos y veía vida, veía algo que todavía no sé describir.
Y me daba cuenta, eras sólo vos. Vos y nadie más.
Vivíamos en la punta de la torre Eiffel, me ofrecías saquitos de té, de múltiples sabores y sensaciones.
Me escribías cartas en hojas pentagramadas, y yo te imaginaba tocando el piano.
Y en todo, en todo ese mundo chiquito, vivíamos solamente vos y yo.
Y todo ese mundo chiquito, existe dentro de vos y yo.
Dentro de las miradas que intercambiamos.
Dentro de las palabras cómplices.


[ Dentro de este cariño, sólo entre vos y yo. ]
es muy muy linda esta entrada
ResponderEliminar