Labyrinthe privé, merveille du monde.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Amé por la belleza del gesto.

Apoyé mi cabeza en tu hombro, tenía tu pelo en mi cara, tu brazo sobre mi rodilla.

Mirábamos y observábamos un punto fijo, y yo lentamente cerré los ojos.

Olía tu perfume, y sentía tus respiros, tus inhalaciones y exhalaciones.

Me acariciabas el pelo, suavemente, me puse a pensar en todo el cariño

y suavidad que le ponías a las caricias.

Y por un segundo, mi corazón latió más fuerte.

Me acordé, súbitamente, de por qué te quise, te quería, y te quiero tanto, en ese momento.







[ Nuestro amor es como flores de hojalata, que se oxidan cuando las querés regar.


Que nos hace encapricharnos como chicos, que lloran porque extrañan a mamá. ]



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