Tranquilo. Y a esperar.

Yo ya no voy a sufrir más.
Por tus cortes de papel, tus témpanos h e l a d o s, y todas esas cosas punzantes que decís con tu indiferencia.
Y te cuento, yo existo. Y yo sufro. Y yo quisiera entender.
Quisiera entender por qué es que de un día para el otro, ya no te interesó si mi corazón latía, por quién lo hacía, y si acaso yo quería quizá, subir los escalones de esa escalera que nos llevaba a una relación ideal. ( sí, vos querías darme la mano. )

Y es que, nadie te quiere tanto como yo.
Nadie piensa en vos tanto como yo.
Nadie entiende lo que se esconde detrás de tus ojos arcö iris, como yo.
Ni siquiera esa persona que te nubla la vista.
Y quisiera por un día, que entendieras, que si te trato de hablar, no es porque tenga algo importante que decirte.
Quizá sí es importante el simple hecho de necesitarte, de necesitar hablarte constantemente.
Y de llorar sin consuelo, al saber que mientras yo escribo esto, vos vivís una vida sin mí.