sábado, 19 de junio de 2010
Egoísta as always.
Me siento nada más que mugre, mugre en el fondo del cajón, mugre abajo del sofá, mugre debajo de tu alfombra de sofocamiento y dolor. Me siento una partícula de polvo, volando en tu vasto espacio de aire puro, una mierda que lo único que hace es filtrarse lentamente en espacios que termina consumiendo, arruinando, y usando como cobija. Me siento un objeto sin uso, un objeto roto, que no puede emitir sonido alguno, que no puede contarte sus aflicciones, dado que es un objeto ignorado, quién lo escucha, nadie. Yo no tengo altavoces, no tengo parlantes, no tengo brazos que estirar hacia vos, no tengo nada. Nada tengo. Sigo buscando a ciegas, sigo tanteando con cuencas vacías, una boca sellada, y oídos tapados, una salida a un pozo del cual yo misma decidí que viviría. Y ahora tampoco tengo seguridades, sólo suposiciones. Tal vez, a veces, quizá, veremos, probablemente, cosas que ya estoy cansada y enferma de oír una y otra vez de la boca de ese ser uniforme que te conforma. Estoy cansada de luchar todos los días contra mi yo, ese que tiene tanta razón, probablemente el único de mis yo que me dice cosas lógicas, ese que dice que soy una mierda, ese que me dice que si ni yo misma me quiero, cómo puedo esperar que alguien más me quiera, que vos me quieras. Y cómo puedo esperar que alguien me quiera, simplemente, por el hecho de que en el mundo hay gente querible, gente detestable, y gente ignorada. Y yo, caigo en una mezcla de categorías ilegibles, soy una persona que duele conocer, que solamente podés darte cuenta de que te va a lastimar cuando YA te lastimó, una persona que creías que podía ser lo mejor, y que siempre, sin excepciones ni variantes, resulta siempre ser lo peor. Una persona que tiene miedo siempre, de ganar, de perder, de intentar, de no intentar. Una persona cobarde, estúpida, manipuladora, necesitada, bipolar, odiosa, egoísta. No entiendo, no entiendo por qué las cosas tienen que ser así. No entiendo por qué siempre en mí tiene que existir esa puta duda, esa que me dice que por ahí no me querés, esa que me dice que por ahí te arrepentís de todo lo que tiene que ver conmigo, esa que me implora que dé la media vuelta ahí mismo, esa que me obliga a mentirte, a sonreírte mientras se me cae el mundo a pedazos, pero eso sí, siempre a escondidas. Y quiero por un día poder decir que no me importa, que necesito librarme de mí misma. Quiero caer en pedazos, estrellarme como una ola contra la arena, quiero gritar, y quiero que me sientas, que sientas mis emociones a flor de piel, mis lágrimas que fueron tan secretas y tan clandestinas siempre, mis sonrisas tan gastadas pero que en ese momento podrían tener un significado quizá, y hasta mis enojos, acompañados de sinceridad y de el derecho de actualmente tener algo que reprocharte en vez de mirarme siempre a mí. Quiero poder decirte que te amo y que me amás. Quiero poder abrir mi corazón ya tan agrietado y sin uso, a alguien como vos. Quiero dejar de sentir que lo único que soy capaz de hacer, es destruir lo que yo misma necesito crear. Necesito por favor, necesito, necesito, necesito, rescatáme, necesito tu mano, y necesito una salida.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario